Ayer día 11 de enero fue Luna nueva en capricornio. Una luna perfecta para plantar semillas desde la fuerza de voluntad, el compromiso, generando una visión muy clara… energía muy de capricornio. Quizá por eso estos días estoy doblemente energética planificando mis próximos meses. Se que a principios de año nos pasa a media humanidad, la que no estamos muy ocupados/as en la supervivencia (aquí pondría un emoticono de una carita sonrojada), que nos entregamos a un ajetreo de buenos propósitos, cambios de hábitos….y con la energía lunática disponible, pues más todavía. Pero la potencia de esta luna según me explica mi amiga Maite en su fantástico «Astroparte» va más allá de lo individual, se ve que hay un movimiento a nivel que Plutón, considerado el gran destructor y transformador que ha estado los últimos 16 años en capricornio y ahora pasa a Acuario…le tengo que preguntar a Maite si eso tiene que ver con la llegada de la «Era de Acuario» (aquí pondría otro emoticono de una carita pensativa) y eso tiene que ver con un gran movimiento sobre todo a nivel social.
Dicen las entendidas que esta luna viene con fuerza preguntándonos si estamos preparadas las personas para construir una nueva sociedad y que es lo que cada una podemos aportar. Vuelvo a las primeras frases de este post: Esta energía de planificación y visión clara que estoy sintiendo estas semanas me lleva a darme cuenta que la principal energía de mis conclusiones es que quiero seguir el camino de acompañar a personas desde la energía sanadora del tacto. Mis manos como extensión de mi corazón. Este es mi propósito vital que me da arraigo a pesar de los vientos fuertes que soplan y soplarán y «mi lugar en el mundo» «mi lugar en la Era de Acuario».
